Un año más, un poquito más cascarrabias. Felicidades 😛
Respecto al tema, hay algo que siempre me llama la atención. Es verdad que en muchas ocasiones “el rodillo” nos aplasta… pero también somos nosotros los que nos dejamos aplastar. Si no nos gusta “el Starbucks” (y lo que representa), siempre somos libres de no ir. Y sí, somos libres; otra cosa es que seamos (como sociedad) unos cómodos de narices que preferimos dejarnos llevar por el dictado de la moda.